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miércoles, 5 de septiembre de 2012
JORGE VILLALPANDO EN YO SOY FUTBOL
JORGE VILLALPANDO EN YO SOY FUTBOL
Y de pronto estábamos ahí, jugando al mismo tiempo en los dos torneos, en la liga nada nos había salido bien, las lesiones y la irregularidad nos ubicaban en el último lugar de la tabla general, pero también estábamos ahí, en ese partido de... vuelta de octavos de final de la Copa Libertadores donde cada vez el grupo era más sólido, esa noche podíamos cambiar la historia de nuestro equipo con un solo partido.
Todos íbamos pensando en que podíamos ganar, sabíamos que teníamos calidad suficiente para ganarle a cualquier rival. Sabíamos que no éramos el peor equipo de México y que esa noche podíamos quedar entre los mejores 8 del Continente.
Los seis meses previos fueron muy especiales, prácticamente vivimos juntos todo el equipo, las concentraciones y los viajes con los dos torneos a cuestas, nos dejaban sólo uno o tal vez dos días de descanso para ir a nuestras casas. Vas formando lazos familiares con los compañeros, con el cuerpo técnico y hasta con la directiva.
La historia del encuentro ya la conocen y además es irrelevante, ustedes como yo han tenido partidos buenos y partidos malos, sin embargo esta historia no termina ahí, para mí esa noche todo fue nuevo, todo era diferente, por eso hoy tomo este espacio para que conozcan lo que me pasó después del cambio.
En ese momento tomé mis cosas y salí del estadio, me subí con la familia de mi amigo Jackson Martínez a un taxi conducido curiosamente por un taxista que no conocía Barranquilla porque venía de otra ciudad, así que la travesía para llegar al hotel fue más larga de lo normal. No les exagero si les digo que en este trayecto mi teléfono sonó 70 veces… ninguna de esas contesté. Pero poco a poco comencé a experimentar el apoyo y el cariño de todas las personas a mí alrededor.
Me pasaron tantas cosas por la mente que ya no recuerdo ni el orden ni las repeticiones de esas mil ideas. Hay una que recuerdo que me daba vueltas sobre todas las demás: EL RETIRO!!!!!!!!!
Pero el apoyo, el interés, las reacciones, e incluso los regaños de todos mis amigos y mi familia fueron tan inesperados como motivantes. El resultado del partido yo lo supe hasta el hotel.
En el momento que llegó el grupo, los primeros que fueron por mí a la habitación fueron mi amigo Memo Rojas y el entrenador de porteros Martín Salcedo. A partir de ahí se viene una serie de situaciones en los siguientes 15 días que me levantaron el ánimo por completo y me regresaron a mi realidad. Ahí aprendí la importancia y la fuerza que te da un grupo.
El equipo siguió concentrado dos semanas más, pero el vestidor nunca se fracturó. Nunca hubo división de opiniones, al contrario, seguimos trabajando como siempre y tanto jugadores, como cuerpo técnico y hasta la directiva nos enfocamos en perseguir el sueño continental, el cual nos duró dos semanas más.
El Profe Cruz y yo sabemos lo que pasó, todos vieron el incidente en la banca cuando me saca del partido. Pero las cosas pasan por algo, en ese momento él pensaba en arreglar el equipo y yo sólo quería componer mi error. Soy un jugador que no le gusta perder, y como a todos ustedes, no me gusta salir de cambio ni cometer errores. Pero también sé reconocerlos y me gusta enfrentar las consecuencias. Terminado el partido y pasados los días él y yo hablamos del tema, expusimos nuestras razones y por supuesto que le pedí perdón.
Sé que fue un error, pero todos cometemos errores, lo que nos hace crecer es aprender de ellos, y créanme que ese error ha sido la lección más grande que he vivido en mi carrera. No va a ser la última vez que cometa una pifia, no va a ser la última vez que me coma un gol, pero como dijo alguien por ahí: “los únicos que no se caen de la moto son los que nunca se suben a ella”. Yo quiero ser un gran portero, que la gente me recuerde por tener una gran carrera, para eso trabajo todos los días, me preparo en el entrenamiento, me cuido, y estoy siempre alerta. También sé que el portero debe esperar su momento, que nunca sabemos cuándo va a llegar nuestra oportunidad, es por eso que no podemos parpadear, no podemos relajarnos. Yo no parpadeo, no me relajo. Quiero jugar, quiero triunfar, quiero ser campeón.
El futbol puso en mi camino al Profe Cruz, al cual le agradezco haberme dado la oportunidad, le agradezco también ser frontal y haberlo sido en ese momento, ésta es sólo una de tantas lecciones que aprendí con él pero es también hasta hoy, mi más grande lección de VIDA.
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